Viviendo en el amor

Crecimiento Personal, por: L.E.P. Valentina Gómez León.

Para ti… ¿qué es el amor? Ante esta pregunta, vienen a la mente diferentes palabras que lo definen. Podemos precisar que el amor es confianza, respeto, prudencia, aceptación, y una serie mayor de adjetivos que lo precisan.

Sin embargo, en nuestra guía de vida dice: “El amor es paciente y bondadoso, no es orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita, ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia, sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe. Siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia”. 1Corintios 13:4-7

Me parece que en la definición de amor podemos percibir y darnos cuenta, que nunca es exclusivamente un sentimiento. El amor es una decisión de SER. Dejar que salga a la luz mi verdadera esencia, la verdad y la pureza de mi alma.

Siempre concuerdo con la idea que “nadie ama lo que no conoce” y es normal, pues es probable que hayamos olvidado, con la rutina diaria, la existencia de ciertas cosas. En esta vida Buscamos lo que conocemos y creemos necesario para “ser felices”. Ante esto, es necesario que vayamos un poco más hacia nuestro interior y “recordar”.

Considero, al igual que algunas personas, que nuestro SER, se perfecciona en la debilidad. Cada ser vive su propia historia, en donde su rol de vida transcurre de acuerdo a sus necesidades individuales de evolución. Se puede hablar de sabiduría cuando hemos alcanzado cierto grado de madurez, que nos ayuda a percibir lo que de verdad importa en esta vida.

*****

Entonces, ¿existirá una definición única de amor?

Pregúntate lo siguiente:

¿Quién eres?

¿Qué haces aquí?

¿Hacia dónde vamos?

¿Sientes que tu vida tiene amor?

¿Cómo lo percibes?

¿Realmente sentimos que los aciertos en el crecimiento material y laboral, llenan de amor nuestro corazón?

¿Tú qué opinas? Tus respuestas son únicas, así como tú eres único. Tal como tu huella digital.

Es muy posible que nadie piense igual que tú. Así que las respuestas que salgan de tu corazón, son las que en realidad, por ahora, necesitas escuchar. Me parece que es imprescindible analizarnos y descubrir mediante nuestra atención a lo que sentimos, la mejor manera de percibir lo que verdaderamente logra que nuestro corazón sienta ese verdadero AMOR.

Esas emociones tan bellas que realmente mueven nuestras fibras más recónditas. Esas bellas acciones, la mayoría de las veces, tan sencillas, que motivan a nuestro ser, a sentir que realmente existe algo que resuena en nuestro corazón. Generalmente no pasan por el intelecto, no pasan por la razón, simplemente, se siente. Y eso, mi querido lector, eso creo que es el amor.

Y es que dentro de cada creación del universo, incluidos nosotros, vive ese AMOR. Esa divina proporción, representada con gran arte por Leonardo Da Vinci, que probablemente muchos conocemos. Donde la imagen, muestra las medidas perfectas en un ser humano ideal. (Homo Cuadratus), y nos da a conocer, la divinidad que habita en el cuerpo de cada uno de nosotros.

El cuerpo de cada ser humano, tiene esa proporción Áurea o divina proporción. Esta, existe en toda la creación del universo. Si deseas saber más, investiga la “Sucesión de Fibonacci”, ahí se describe con acierto y exactitud lo que es el “número de oro “o número de Dios.

Ahora te pregunto… para ti, ¿qué es el amor propio?

Somos seres de naturaleza perfecta creados por esa gran fuerza que existe en el universo, que es denominada AMOR.

Desde mi perspectiva, el amor propio significa respetar nuestro cuerpo, oxigenarlo, fortalecerlo, alimentarlo correctamente, amarlo realmente. Es un gran regalo que debemos cuidar siempre, es nuestra casa.

Es necesario tener presente, que este cuerpo nos fue otorgado para transitar en este mundo, y expirar a través de él, acciones llenas de amor a los demás, y a todos los seres que nos rodean.

Se dice que nosotros estamos aquí para aprender a crear desde el amor. Cumplimos roles únicos que de alguna manera, la función es, encender esa chispa de amor en cada ser que se pone en contacto con nosotros. “Ámense los unos a los otros”, nos enseñó Jesús desde el principio, y la misma indicación es por toda la eternidad.

Ahora… ¿quieres ver amor en todo lo que te rodea? Cada día, pregúntate y observa, en dónde está centrada tu atención. Dirigir cada mañana nuestra atención a las cosas que nos llenan el alma, las que nos ayudan a sentir amor, y despierta en los demás bellos sentimientos; nos ayudará a percibir siempre la vida, de un modo diferente. Lleno de todo lo que de verdad queremos para nuestro SER.

Dejemos de creer esa cantaleta donde se etiqueta a algunas personas que te rodean: “Es que él o ella, no tienen corazón “¡eso me parece irreal! Todos tenemos corazón, todos tenemos nuestro lado bueno, al igual que nuestro lado malo, como dice la parábola de los dos lobos en esta versión adaptada de una vieja fábula Cherokee.

Lo que decidas alimentar cada mañana al despertar, será la semilla elegida por tu mente. Déjate guiar por el amor, es nuestro maestro.

“Parábola de los dos lobos

El jefe de una tribu Cherokee le habla a su nieto acerca de la vida. Le dice:

— Una gran batalla está ocurriendo dentro de mí.

– Es una lucha terrible.

– Es una lucha entre dos lobos.

– Uno de los lobos es el mal: él es el temor, la ira, la envidia, la codicia, la arrogancia, el resentimiento, la mentira, la soberbia, la culpa.

– El otro es el bien: él es la alegría, la paz, el amor, la esperanza, la humildad, la generosidad, la verdad, la compasión, la dulzura y la fe.

– Esta misma pelea ocurre dentro tuyo y dentro de cada uno de nosotros. El niño se queda pensando en lo que le había dicho su abuelo. Pasado un tiempo le pregunta:

– ¿Qué lobo ganará? El anciano mira a su nieto fijamente y contesta: – El que alimentas.

Ahora solo pregúntate… ¿Qué lobo sueles alimentar tú?

Lo que decidas alimentar cada mañana al despertar, será la semilla elegida por tu mente. Déjate guiar por el amor, es nuestro maestro. Conectemos con él agradeciendo cada noche antes de dormir y al despertar. Así, con la disciplina y perseverancia en nuestras acciones de conexión, limpiaremos nuestro interior, lo que cada uno de nosotros necesita. Y crecerá con abundancia, el fruto deseado por nuestra alma, el cual, está destinado a ser compartido, con todos los que nos rodean.

Decide hoy qué es lo que quieres hacer y ser, mientras estás en este mundo. Una vez que hayas determinado tu elección, procura “hacer siempre lo mejor que puedas” para vivir en el amor.

Primero lo primero, dicen muchos. Y lo primero es el amor. Es el piloto de nuestra vida. En quien podemos depositar nuestra confianza, con la seguridad de que, viviendo en el amor, siempre pasará, lo que tenga que pasar, y lo que ocurra, será para nuestro mayor bienestar como SER.

Te digo algo… no te sientas satisfecho con las historias de cómo le han ido las cosas a los demás. Escribe tu propia historia, deja siempre que el amor hable a tu corazón, escúchalo y déjate guiar por él. Sin duda, a veces tropezaremos, pero el AMOR, siempre nos guía y nos regresa al buen camino.

Para terminar, quiero recordarte lo escrito por Santa Teresa:

Nada te turbe,

Nada te espante

Todo se pasa,

DIOS NO SE MUDA

La paciencia,

Todo lo alcanza,

Quien a Dios tiene

Nada le falta.

Recuerda… “La disculpa te hace valiente, el perdón te hace fuerte, el agradecer te hace humilde.

El AMOR… El AMOR te hace feliz”…

“Permanece cada día de tu existencia, VIVIENDO EN EL AMOR”.

Te envío un abrazo al corazón. Muchas gracias por leerme.

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