Desarrollo Humano, por: Viviendo tu Mundo al 100.
Las ideas son imágenes o pensamientos que desde que vamos creciendo se van estableciendo en nosotros.
Llegan a través del aprendizaje y son nuestros padres, los que, en muchas ocasiones, van filtrando las primeras ideas que vamos adoptando en la vida, ideas que desde pequeños hemos estado reforzando. Por otro lado, son también nuestras experiencias, lo que vamos viviendo, lo que contribuye a ir acumulando ideas en nuestra mente.
Y así, en este proceso somos selectivos: Filtramos aquello que queremos y lo que no queremos. Vamos eligiendo las ideas, los pensamientos que nos gustan, para ir contribuyendo a la formación de nuestra personalidad, ya que muchas veces actuamos de acuerdo con lo que pensamos y a lo que hemos ido metiendo en nuestra mente.
Nuestra forma de pensar influye muy fuertemente en la manera en que nos comportamos, en la manera en que somos con los demás. Cuando nos relacionamos, esos pensamientos que llegan, esas ideas que vienen, son ideas aprendidas que de alguna manera hemos adquirido a lo largo de nuestra vida, no importa la edad que tengas, lo que hemos hecho es acumular y acumular ideas.
Y así es como nuestras ideas se van fortaleciendo y las vamos acentuando más en nuestra mente, se van convirtiendo en ideas más rígidas, más fuertes, más arraigadas, que se vuelven creencias, creencias fuertes.
Cabe aclarar que no es lo mismo una idea que una creencia, una idea es un pensamiento que tenemos en la mente pero que, si queremos, lo podemos cambiar; en tanto que cuando hablamos de una creencia hablamos ya de algo más arraigado en nosotros y no es tan fácil modificarlo.
Con el tiempo estas creencias, se arraigan y entonces se forman las ideas vertebrales o ideas madre, que son simplemente ideas que nos hemos creído de más que las demás.
Es increíble cómo sin darnos cuenta, vamos haciendo en nuestra mente, un mundo lleno de creencias, que vamos viviendo como si fuera LA REALIDAD, cuando en verdad es NUESTRA REALIDAD.
¿Cuál sería la diferencia entre mi realidad, tu realidad y la realidad? Claro la diferencia más grande que hay está entre lo que yo pienso, lo que tú piensas y lo que es verdadero o real en la vida.
Cada uno de nosotros va a ver desde su perspectiva, desde sus creencias, desde su realidad, las cosas o situaciones de la vida, démonos cuenta de que nuestra realidad es solo nuestra no de los demás. Que mi forma de pensar es mía y está basada en mis aprendizajes, y tú tienes tu realidad, tienes tus aprendizajes y tu personalidad y yo la mía, y ninguno de los dos tiene LA REALIDAD completa.
Nos creemos que nuestra realidad, es LA REALIDAD y con esta creencia, vamos caminando con otras personas a las que queremos hacerles creer y sentir que nosotros tenemos la verdad, que nosotros tenemos la realidad.
Y con esta falsa premisa empezamos a convivir con los demás, a exigir que piensen como nosotros, a demostrarles que nosotros tenemos la razón, a decirles a los demás que están equivocados. Cuando tan equivocados están ellos como nosotros.
Viviendo aferrados a nuestras creencias, a tener la razón, ¿Qué clase de relaciones y comunicación establecemos con las personas con las que convivimos y en especial con nuestros seres más queridos? ¿Por qué querer convencer a los demás que piensen igual que nosotros? Tienes que tener muy claro, que nadie piensa igual que tú.
Aprender a pensar o a ver las cosas como son, sin meter todas nuestras creencias, se puede. Iniciemos por darnos cuenta que vivimos como si lo que pensamos, existiera y ocurriera en el mundo exterior. No olvidemos que nuestras ideas y pensamientos es nuestro mundo INTERIOR, no es LA REALIDAD EXTERIOR. Y que la realidad no existe para complacer tus ideas y pensamientos.
Nos tiene que quedar muy claro que mi realidad es mía, la realidad del otro es de él y LA REALIDAD, lo que ocurre en la vida es otra. Querer que sea de otra manera, que sea según tu forma de pensar y de ver el mundo, te lleva al sufrimiento.
El sufrimiento se da entre lo que pienso y lo que quiero, y si la vida no me lo da, de inmediato empiezo a sufrir y a pelearme con la vida.
Podemos cambiar nuestras ideas y creencias, y cuando logramos cambiarlas es cuando todo cambia, Solo desde nosotros, desde nuestro interior, el mundo puede ser diferente. Cambiando tu cambia el mundo, ese es nuestro trabajo de crecimiento personal.
Solemos aprender desde pequeños, que cambiar el mundo exterior es lo que lograría nuestra felicidad y eso es totalmente falso. Cambiar nuestro interior es lo que nos puede dar la plenitud, la felicidad y la paz que buscamos.