Crecimiento Personal, por: Psic. Elda Leyva Novelo.
Seguramente alguna vez hemos experimentado en un momento de nuestras vidas una sensación de vulnerabilidad, desmotivación, melancolía y necesidad de llorar; todos éstos son signos de la tristeza.
La tristeza es una emoción, que más allá del tono negativo que solemos darle y por el cuál tratamos de evitarla, nos transmite un mensaje importante: que necesitamos procesar y adaptarnos a una pérdida o desilusión. Es una señal que nos permite tomar decisiones, facilitando la reflexión e introspección para adaptarnos a los cambios.
Así que más que un hecho negativo, implica una oportunidad de crecimiento, de tomarnos un tiempo para nosotros mismos y disponernos a tomar una actitud ante las situaciones que nos presenta la vida.
Sin embargo, suele escucharse cuando alguien está triste, que digan esta depre y agradezco a los maestros que la vida me presenta el haber aprendido, que no hay nada más lejano a la realidad, como bien dice el Dr. Wilfredo Chávez (un excelente psiquiatra): “La depresión va más allá de una simple tristeza”.
La tristeza es una emoción que pasa en cuanto logramos procesar la situación de perdida que la genero, la depresión es un trastorno del estado de ánimo que además de una profunda tristeza (que más que perdida representa una sensación de vacío persistente) se presenta junto con la apatía, la angustia, la desesperanza, la ansiedad…, quienes la experimentan se sienten en una espiral que se repite una y otra vez, haciéndoles caer en un malestar crónico, del cual no encuentran salida.
La depresión supone graves problemas de salud y la disminución de la calidad de vida, afectando no solo a quien la padece, sino también a todo su entorno. No es pasajera y es importante acudir a un profesional que nos ayude a sanar y recuperarnos.
Si experimentas, síntomas como:
- Incapacidad para sentir placer y disfrutar de las actividades de la vida que antes sí eran placenteras.
- Apatía o falta de interés y motivación para realizar actividades.
- Ansiedad persistente e intensa.
- Vacío emocional o incapacidad para sentir y expresar emociones.
- Pensamientos negativos sobre el mundo, sobre la vida y sobre uno mismo.
- Problemas para conciliar o para mantener el sueño.
- Enlentecimiento y sensación de cansancio la mayor parte del tiempo, encontrando dificultades para realizar las tareas diarias.
- Desórdenes alimenticios. Presentan un aumento o disminución en el apetito y en la forma de comer.
- Dolor inespecífico que afecta principalmente a la cabeza, espalda, brazos, piernas y tórax.
Es importante que busques ayuda especializada y profesional. Y si conoces a alguien con depresión, es necesario que la animes a buscar ayuda. Porque va más allá de una simple tristeza, no desaparecerá sola, no es pasajera y requiere de tratamiento profesional.
Espero estas palabras te sean de utilidad, Dios te bendiga.
Elda C. Leyva Novelo
Psicóloga Católica con Maestría en Desarrollo Humano.
Asesoria Psicólogica Online: citas al 9991134229