Crecimiento Personal, por: M. E. Carolina Avilés Pérez.
No siempre en la vida las cosas son perfectas, de hecho, nunca, siempre habrá alguna situación, preocupación, problema, por pequeño o grande que sea, que estará intentando descontrolar nuestro equilibrio emocional. Sin embargo, nosotros decidimos con qué actitud tomar estas situaciones, procurando estar alertas para actuar en consecuencia.
Mucho se habla de vivir con actitud positiva, de vivir con gratitud, de procurar construir momentos felices y disfrutarlos al máximo, de procurar hacer felices a las personas que nos rodean. Y todo eso está más que bien, es necesario siempre, siempre.
No obstante, hoy quiero hablarte de otro hermoso ingrediente muy relacionado con lo anterior e importante para alimentar nuestro ánimo, nuestra actitud, y nuestro espíritu.
Según el diccionario de la lengua española, el buen humor es “la propensión más o menos duradera a mostrarse alegre y complaciente”.
Una sonrisa y buen humor para empezar el día. Amanece y agradece, tú decides cómo.
Tener buen humor es reír, alegrarse, hacer bromas, a pesar de tener situaciones que nos preocupen.
¿Has observado qué es lo que te pone de buen humor? ¿Lo procuras con frecuencia?
¿Sabes por qué a los niños les gusta contar chistes? ¿Sabes por qué la gente intercambia chistes en los grupos de whatsApp, en las redes, en las reuniones familiares? ¿Sabes por qué la gente ve programas de comedia? ¿Por qué vamos al circo o a ver películas divertidas? Siempre estamos buscando brindar u obtener una sonrisa, una risa o una sonora carcajada.
Démosle a nuestros días, y también a las personas que nos rodean; cucharaditas o avalanchas de buen humor.
Hay personas que tienen el don de alegrarnos, de ponernos de buenas, que nos contagian con su buen humor, que al hacer contacto con ellas nuestro ánimo cambia; es casi mágico, estoy segura que tú conoces a varias de ellas, o incluso esa persona puedes ser tú. Y no es que tengan una vida perfecta; pues problemas, inconvenientes, situaciones difíciles siempre habrá, nadie, nadie, nadie vive en la perfección, simplemente han decidido transitar por la vida con actitud, llevando y regalando ese don tan hermoso del buen humor que tanto bien le hace tanto a ellos como a nosotros.
El buen humor nos provoca risa, alegría, nos ensancha el corazón, nos llena de gozo. ¿Quién no se relaja y se siente pleno después de una alegre carcajada? ¿Quién no se contagia de alegría y quiere seguirla esparciendo?
Decía Charles Chaplin y decía muy bien, que “un día sin reír es un día perdido”.
Sin embargo, debemos tener presente que tener buen humor o cultivarlo, no es utilizar el sarcasmo, no es burlarse o hacer sentir mal a otros; sino por el contrario es utilizar el buen humor para aportar a las personas que por algún motivo se encuentran tristes, preocupadas, o están pasando por alguna situación difícil.
Chaplin también decía que “la risa es un tónico, un alivio, un respiro que permite apaciguar el dolor”.
Tengo personas muy, muy queridas y muy muy cercanas a las cuales admiro profundamente, que aún en medio de la enfermedad, de problemas y situaciones difíciles han sabido mantener el buen humor, la alegría, la actitud positiva; esto no es fácil, se requiere de mucha voluntad, mucha fe, y mucho, mucho amor.
De hecho pienso que el buen humor es una hermosa manifestación de amor.
Al pensar en esto, vienen a mi mente todas esas plantitas que cada día cuido con mucho esmero, muchas veces me siento feliz cuando puedo obsequiar alguna de ellas. Puedo entonces pensar que el buen humor así como todas las emociones o sentimientos que nos hacen mejores personas, son como esas plantitas que con amor abonamos, cuidamos, regamos y ayudamos a crecer.
Cultivemos el buen humor, reguemos cada día esa plantita, puede ser que no crezca rápidamente, pero si nos esmeramos puede llegar a ser una bella planta que adorne nuestro jardín. Más aún, regalemos las ramitas y hagamos que se propague. Al regalar buen humor estaremos regalando alegría, actitud, amor, disposición.
¿Y tú ya tienes tu plantita? ¿Te animas a regarla? ¿Podrías obsequiarla? Intentemos cuidar esta bella plantita.
Para terminar te comparto este fragmento de Viktor Frankl, en su libro “El hombre en busca de sentido”…
“El humor es otra de las armas con las que el alma lucha por su supervivencia. Es bien sabido que, en la existencia humana, el humor puede proporcionar el distanciamiento necesario para sobreponerse a cualquier situación, aunque no sea más que por unos segundos”.
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Carolina Avilés