Crecimiento Personal, por: L.E.P. Valentina Gómez León.
Deja que la luz, ilumine todos tus días…
Me preguntarás, ¿cómo lo puedo hacer? Y desde mi simple
existencia, puedo decirte…
Pasando tus pensamientos y buenos deseos de la teoría a la
práctica.
Definitivamente, este trabajo es cuestión de elección diaria, y lleva
consigo un gran sentido de responsabilidad, disciplina y poder de
decisión. En este camino es válido tropezar; pero no pasa nada, solo
me levanto con una actitud fortalecida, enderezo mis pasos y continúo.
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Hace un tiempo escribí, que para poder brillar, una estrella
necesita la obscuridad. Recuerda que en nuestro interior, hay una
chispa de luz que alimenta nuestra vida, así como la luz que tienen las estrellas, “somos polvo de estrellas”, dice Carl Sagan en su libro “la conexión cósmica”.
En nuestro ADN se halla la misma materia estelar del cosmos. Los
elementos que componen a las estrellas y al universo entero, existen en nuestro cuerpo.
Por lo tanto, sin lugar a dudas, estamos hechos para brillar.
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Cada mañana, si nos conectamos, podemos sentir esa chispa
de luz que enciende nuestra alma.
Solo basta decir…
Gracias, se perfectamente que tu obras en mí, con todo el
amor que tienes para darnos, soy tu creación, y el poder de tu SER, brilla en mi interior.
Alimentar esa chispa y dejar que se convierta en una luz que ilumine
todo lo que nos rodea; esa es nuestra labor. Ser instrumento de paz,
amor y buenas acciones.
¿Qué me corresponde hacer?
Solo escúchalo. Escúchalo cada mañana en tu interior. Habla con
él, acepta que eres su canal de buenas acciones hacia los demás y
déjate llevar por el poder de tu intuición hacia lo correcto, hacia lo bueno, hacia lo poderoso, en fin hacia la paz y el amor. Nunca dejes que el miedo te lleve hacia otros caminos que hunden nuestra buena labor y apagan la luz de nuestro SER. Como dicen muchos, suena tan sencillo que a veces resulta increíble. Solo es confiar, tener fe y actuar correctamente.
“Caminar por fe…no por vista “menciona nuestro libro de vida.
Deja de volar con los patos. En tu interior existe un águila real
que puede volar y llegar hasta donde desee. Solo empieza a poner en
práctica todo lo que Dios te habla cada día, ya que él es tu mejor guía.
Elige bien a tus compañeros de viaje. Dicen que todas las personas
que te rodean son tus maestros. En ellos se refleja todo lo que nuestra alma necesita aprender.
Es importante desarrollar, ese libre albedrío que tenemos, para contar con la sabiduría necesaria y elegir correctamente a nuestros
compañeros de viaje. Esas personas que nos edifican, esas personas
cuyas pláticas, conductas y su simple presencia, nos ayudan a crecer y a mejorar cada día.
Recordemos el refrán que dice: “el que con lobos anda, a aullar
aprende”.
Elige bien a tu manada. Amate y deja de pertenecer a aquello que
solo destruye lo que hay en tu interior. Suelta todo lo que no es
edificante para ti, ni para tu vida, bendícelos y sigue transitando el
camino hacia tu destino.
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Existe una oración que conocí a los 12 o13 años, Mi mamá me la
enseñó. Y yo la aprendí tan bien, que siempre la recuerdo. Dice lo
siguiente:
“Señor concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las que sí puedo y sabiduría para reconocer la diferencia”.
Lo ideal sería que aprendamos a poner en práctica esta oración y
todas las lecturas que nos señalan lo que contribuye a nuestro
bienestar.
Porque eso de “saber hacer “, es el meollo del desarrollo personal.
Soy maestra de educación preescolar, y en todos los cursos de
formación docente, teníamos en cuenta los pilares de la educación que son:
Aprender a conocer: Incluye el dominio del
Conocimiento. Descubrir,
conocer y comprender .
Aprender a hacer: Poner en práctica lo que
Se sabe, adaptándolo a
Su sistema de vida.
Aprender a convivir: Vivir la comprensión
y la paz con los demás.
Aprender a ser: Capacidad de autonomía,
de juicio y responsabilidad
personal.
Todo aprendizaje pasa por estos procesos. Por lo tanto, es
imprescindible que pongamos en práctica lo que oímos y lo que
sabemos con relación a la teoría del “buen vivir basado en los valores fundamentales del ser humano”, para ser buenas personas y vivir con plena conciencia.
Si vamos cada día analizando este proceso de nuestra existencia,
estoy segura que llegará el Momento en que lograremos SER.
“Ser o no ser, esa es la cuestión”.
Cada día escuchamos diversos mensajes que nos dicen lo que
“debemos hacer “sin embargo…
¿Qué es en realidad lo que nos hace bien?
¿Cómo ponemos en práctica nuestras buenas intenciones?
¿Qué pasa si fallamos?
Son preguntas que nos pueden servir para auto-evaluarnos.
La auto-evaluación requiere ser lo más apegada a la realidad.
Parte sustancial de una buena auto-evaluación, es mirarse como el
principal creador de las situaciones que vivimos. Lo que nos pasa es
consecuencia de nuestro proceder, de nuestras acciones. Dejemos de
responsabilizar a los demás de todo lo que nos sucede.
Recuerda… las situaciones que ocurren son externas, la forma en que elegimos aceptarlas y proceder, son nuestra responsabilidad.
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Muy importante es tener presente… “Somos lo que hacemos”
Todos queremos ser mejores personas. Es nuestra naturaleza, pero
a veces pensamos que hay algo más fuerte que nos impide lograrlo.
Sin embargo dice Alberto Camus… “Dentro de ti hay un poder invencible “empujándote de vuelta”.
¿Para qué? para hacer lo correcto, lo que Dios planeo para ti, para tu
alma. Así que nunca desistas. Si caes, levántate y sigue la voz de tu
interior. Hay algo muy bello planeado para ti pero eso, llega cuando
tiene que llegar.
Solo es perseverar y ser paciente.
Empecemos hoy a poner en práctica lo que decimos. Cada
mañana lleva a cabo ese ritual que tantas veces has pospuesto, donde
imaginas, sueñas y sientes con toda la emoción, que estás viviendo tus deseos. Que estas adquiriendo la experiencia de “saber hacer”, la teoría que tanto has escuchado.
Hazlo solo por hoy, como indica el decálogo de la serenidad.
Escribe tu propia lista de acciones de lo que tu alma necesita hacer
el día de hoy. Escríbela al amanecer, lo más temprano que puedas. Por eso dicen, al que madruga, Dios lo ayuda.
Cada individuo, requiere una lista personal, pero a continuación te
brindo ideas que posiblemente te resuenen.
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Solo por hoy, yo soy paciente.
Solo por hoy, yo soy optimista.
Solo por hoy, yo soy quien toma decisiones correctas.
Solo por hoy, yo soy el ser que más se ama y respeta su mente y cuerpo.
Solo por hoy, yo soy una persona que escucha.
Solo por hoy, yo soy amable
Solo por hoy, yo soy respetuosa con los demás.
Solo por hoy, yo soy tolerante sin permitir abusos a mi persona, mi
mente y mi alma.
Solo por hoy, yo soy una persona que hace ejercicio.
Solo por hoy, yo soy libre de prejuicios.
Solo por hoy, yo soy creativa.
Solo por hoy, Yo soy saludable.
Solo por hoy, yo soy feliz.
Solo por hoy, yo soy amor.
Y así nuestra lista puede ser interminable y ajustarse a nuestras
“necesidades “personales”.
Cuando realices tu lista diaria de solo por hoy y la pongas en práctica, al pasar de los días, meses y años, te darás cuenta de todo lo que has avanzado, y sin duda, llegará el momento que tu auto-evaluación te sorprenda y llene tu alma de gran gozo.
Solo son tres pasos: escríbelo, actúa y persevera. Verás logros en
ti, sin duda.
Pablo Picasso dice: “La acción es la clave fundamental de todo éxito”
No bastará con solo decirlo, no bastará con solo escribirlo. Es
necesario ponerlo en práctica cada día de nuestra existencia. El que persevera, todo lo alcanza.
Al final, podemos tomar en cuenta la oración de San Francisco de
Asís para enriquecernos: “Hazme un instrumento de tu paz”
Así que vive y deja vivir. Recordemos que cada alma tiene su propio camino en este transitar por la vida. A la principal persona que
necesitamos corregir, vigilar sus pasos y cambiar, es a nosotros
mismos. Lo demás, se dará por añadidura.
Para terminar, te dejo esta nota de lo que mencionaba Platón:
“El que aprende y aprende
Y no practica lo que sabe,
Es como el que ara y ara
Y no siembra”.
Muchas gracias por leerme.
Envío un abrazo a tu corazón.